Es uno de los platos o elaboraciones más antiguos de los que tenemos constancia documental. Su nombre, lo generalizó e internacionalizó el imperio Romano constatándolo el historiador Plinio y el agrónomo Columela como Herba Salata, una mezcla de hierbas o vegetales verdes crudos ‘aliñados’ con agua salada y que el latín vulgar convirtió en salata, raiz con la que se conoce en la práctica totalidad de los idiomas.
Pero el mérito del cultivo y mezcla de lechuga con otras ‘hierbas’ la encontramos en el antiguo Egipto, donde se servía como complementos de otros platos, como atestigua la Biblia en el libro del Éxodo 12:8, cuando se detalla que los israelitas tuvieron que ‘comer carne asada sobre el fuego junto con hierbas amargas’ antes de escapar hacia la Tierra Prometida. Los estudiosos de la Biblia creen que estas hierbas amargas se referían a la lechuga, la endibia y las hojas del diente de león.
El aceite no tardó en incorporarse, siendo el vinagre el último ingrediente básico en unirse a este gran plato creándose la salsa vinagreta, obra de la más selecta cocina, en cuanto a salsas se refiere, como es la francesa y su famosa vinaigrette.
El punto álgido de la creatividad en ensaladas llegó en el París versallesco, donde se convirtió en un auténtico espectáculo muy esperado por los comensales para ver y probar, a diario, de nuevas mezclas y aliños.
Hoy, nos encaminamos a una nueva era culinaria en la que las ensaladas recuperan ese importante papel dentro de la cocina creativa y que es un imprescindible en la tradicional… Aquí, en Venta Esteban, hemos creado nuestras propias ensaladas como: La de pimientos asados con ahumados; La verde; La especial Don Paco; el Cóctel de mariscos… Así como los Cogollos, las rodajas de tomate o los aguacates con anchoas del Cantábrico… o las Rodajas de tomate o pimientos asados con melva canutera.